Según podemos leer estos días en El Mundo, una empresa pública de la Junta de Andalucía, la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), cuyo capital desembolsa íntegramente la Consejería de Salud de la Junta, ha triplicado sus cargos directivos desde que se nombrara como consejero delegado a Joaquín Carmona Díaz-Velarde.
¿Les suena el nombre de Joaquín Carmona? pues seguro que sí, era el director general de Asistencia Sanitaria del SAS, que fue cesado por el presunto maquillaje de las listas de espera del Hospital virgen de las Nieves de Granada. Después de su cese, fue nombrado consejero delegado de la EASP. Curioso ¿no?.
Pues desde que llegó a la escuela, de 4 direcciones que tenía, ha pasado a tener 12. Pero no sólo eso, sino que además se ha encargado de blindar sus sueldos, de modo que esos directivos cuando dejen de serlo volverán a la escuela como profesores, especialistas o técnicos, con sueldos mayores al que tenían antes de sernombrados directivos.
Mientras que esto ocurre con los directivos, la EASP está no renovando a la inmensa mayoría de trabajadores con contratos eventuales (un alto porcentaje de trabajadores del total con el que cuenta la escuela), de modo que cuando les termina el contrato quedan en la calle. Esto lo justifica con una política de austeridad y de control del gasto.
¿Qué les parece?, a mí, asqueroso.
Artículo completo: El Mundo
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